¿Me escuchas?
Soy la voz que viene a ti, noche a noche a llamarte;
no puedo autonombrarme conciencia, no.
Ni yo sé si lo soy. Y en todo caso sería muy falto
de humildad sentirme o asumir que soy eso.
Ahora, entre el murmullo de la oscuridad, siente, respira,
vibra con lo que llega a ti; es una oportunidad entre miles.
Ponte de pie, camina despacio hacia tu balcón mira hasta
donde te alcance la vista, deja que la suave brisa mueva tu
cabello y te llene de su pureza.
Cierra los ojos, trasládate a la orilla de ese mar profundo,
espejo en el que se refleja la dulce luna, siéntate en la arena
donde las olas mojen mucho más que tus pies.
Pide tus deseos, el mar los traerá a ti.
Ahora vuelve en el silencio.
¡Sé que me escuchas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario