Powered By Blogger

sábado, 4 de diciembre de 2010

LA HIJA DEL VIENTO

- Hija mía, estás suspirando...¿Me dejas contarte un cuento?-
-Pero no soy ninguna niña para que lo hagas madre, mira que he crecido y ya desde hace tiempo, dejé de ser una cria.-
-Recuerda que para una madre, su hija siempre será su niña...-


Había una vez una princesa, noble era su alma, aun más que su estirpe. Ella, según cuenta la antigua leyenda fue nombrada Iraja antes de nacer, ya que profetizaron que su corazón tendría la fuerza del indómito viento. 


Su padre terrenal era un rey poderoso y solitario. Educada con los más grandes cuidados, al faltarle su madre desde el momento de su nacimiento, se volvío el centro de toda la vida no sólo de su padre, sino de todo el reino. Desde su alto palacio, siendo muy joven, entregó su amor a un hombre que vivia en la aldea, justo al pie de la escalera que conducia a los aposentos celestiales de Rong, su padre. Iraja le había escuchado cantar en muchas ocasiones y el viento, su fiel acompañante, le llevaba algo de alegría a su triste y solitaria existencia. 


Bella, si muy bella, pero siempre cubierta por un velo oscuro, nadie debia saber ni por casualidad que una criatura tan hermosa pudiese existir. Ella regalo su corazón, sin que nadie lo supiera, ni su padre, ni el hombre objeto de su afecto, nadie lo sabía. Un amor individual, un amor sin regreso, pero amor al fin y al cabo. 


Un día, sentada en el alfeizar de su ventana que daba hacia la aldea, escuchaba al joven, suspiraba y el viento amigo se acerco y preguntó: 
-¿Qué dolor inunda tu alma, bella Iraja?-.
-Bien lo sabes amigo mio, sólo tú me has contemplado, tú me has traido su maravillosa voz, tú me lo has entregado...Pero conoces quizá mejor que yo, las consecuencias de mi amor, no deseo ocasionarle la muerte,  por la ira de mi padre...no...-
-Iraja, niña mía, ¿sabes de quién te has enamorado? Crees que se trata de un joven gallardo, lleno de vida, de ilusiones...-
-Hermosa, es la voz que yo te he traido, pero es la voz de un hombre cansado, sin belleza, de un hombre que canta cada vez que se siente triste, que llena de júbilo tus días... Sin embargo, creo que te has hecho una idea equivocada con respecto a él... Iraja, sorprendida ante la aclaración de su amigo, toco su corazón y anhelante respondío: 
-No, amigo, yo sé quien es, mi corazón lo reconocío, sólo lo dije porque debía darte una respuesta apropiada de la hija de un rey, ahora te brindo la respuesta de la mujer, de tu hija, la hija del viento, sé quien es, sé como es, por ello lo amo.


Entonces, Iraja, es un soplo de viento se convirtió, acompañando desde ese momento a su verdadero padre, logrando la cercanía con su único amor;  así que cada vez que alguien suspira por un amor, se escucha la hermosa voz de aquel hombre elegido por ella, e Iraja se presenta para soplar sobre el amado o la amada, según sea el caso, para que la fuerza del viento, llegué en un pequeño suspiro formado de amor, ternura y pasión. 


-Ahora si me puedes decir, ¿por quién suspira mi niña?, ¿hasta dónde habrá de ir como mensajera Iraja?-
...

No hay comentarios:

Publicar un comentario