sí esas palabras no han sido inventadas.
Y yo carezco de toda iniciativa
para ser quien las defina.
Tengo un pertinaz nudo en la garganta,
no permite ni que salgan las lágrimas,
ni que el aire alimente mi cuerpo.
Lo que más duele es lo no dicho,
lo que me lacera es lo que es dicho
y no es para mí.
Si bien es cierto, que lloro por lo que
no tengo, por lo que me da la espalda
por lo que supongo, por lo que sueño
y se me escapa de las manos como
una nube que se desbarata por el viento.
Lo que no puedo llorar, lo que se me
queda tan dentro, eso que no puedo
gritar, es lo que me desgarra las entrañas.
El dolor callado no me sirve y el dolor
a medias me asfixia.
Sólo escribir; es lo único que tengo,
aun sin las palabras indicadas.
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