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miércoles, 11 de abril de 2012

RULFO, JUANITA Y YO







                                               Por lo mucho que significas.

Leo a Rulfo, cada párrafo se transforma y me transporta. Escucho voces lejanas que vienen del pasado, que me impregnan de nostalgia de amores fatídicos, algunos perdidos, otros imposibles. Las guerras cristeras tan mencionadas por mi abuela que en paz descanse, ¿qué edad tendría si ahora viviera?... 103 años. Vengo de familias longevas, Dios guarde la hora.

La voz en cada momento es cambiante, depende del narrador, que me regala sus palabras, vienen de lo recóndito de los tiempos y de los mundos: un futuro que es en el que yo habito, un presente que es el de Juan Preciado (estando aún muerto) y un pasado que llega hasta mi.

Hace muchos años intente leerlo mas no pude, ahora lo hago como no me fue posible antes, ese intento fallido viene de hace quince años época en la que murió mi abuela; algo me quiere decir esta historia, espero saber que... Rulfo me va a acompañar en el viaje hacia su tierra natal, curioso pero hacia allá me dirijo. Dice mi padre que tengo genes de Jalisco, mas bien diría yo, que tengo genes variados, de todo un poco es lo que arma este paisaje que soy: mestiza a más no poder. Algunas características propias de los antepasados criollos, otros indígenas, y quizá algún poblador de la luna, y finalmente algunas otras extraídas del medio ambiente tan agreste donde me toco habitar.

Vuelvo a Rulfo, lo saboreo, lo disfruto, percibo el aire asfixiante de Comala (aunque originalmente se encuentra en el estado de Colima), me ahogo pero sigo respirando, muero de miedos atrasados, tiemblo por los miedos y dolores venideros. Estoy a menos de 48 horas de encontrarme con una parte muy importante de mi rompecabezas personal. Me toco vivir en el Norte de México, voy al estado donde nacieron mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, Rulfo... Me muevo hacia allá por una fuerza poderosa que desconozco y a la vez reconozco, voy hacia allá, algo tengo y debo que ir a hacer.

Me reacomodaré en el féretro que comparten Dorotea y Juan, escucharé la sabiduría de los que ciernen el brasero que es Comala, así como Juan puede escuchar con mayor cercanía a su madre, por ser Comala el lugar de sus querencias; así mismo voy yo por lo que es mío y por derecho me pertenece.

Cumplo a la vez una promesa: te tengo presente Juanita, dirás que abuso de tu bondad pero necesito tu intercesión en otros menesteres, ya tú sabes cuales son, pero tendré el gusto de decirlo personalmente. Para un ser como yo, lo prometido es deuda, Juanita; siempre que se acepte mi promesa y se que tú me has aceptado.

Dentro de 24 horas estaré en una habitación que me espera, mas cerca de los recuerdos que desconozco, pero que son tan míos como los muertos de Juan, su padre Pedro Parámo fue un verdadero demonio, atormentado por sentir ese amor por Susana, ¿Cuánto de luz y de sombra, existe dentro de nosotros?.

Ya estoy aquí, me siento bien, recorrí durante parte del vuelo los sueños de Susana añorando a su hombre... Es un clima templado, una noche húmeda. Ya de mañana, voy a verte Juanita, me asombro, pero a la vez reconozco: niebla, arbustos, tierra roja, tú sabes que no me distingo por ser una creyente férrea pero yo sé que debía venir a verte.

Me agrada mucho viajar en autobús. Es así como tengo que llegar a tu hogar; observo por la ventanilla: tierra extremadamente grana. Pienso en las andanzas del tío abuelo Fernando Espinoza, hombre bien parecido, mujeriego a más no poder, con algunos malvado; procreador de muchos, y padre de ninguno.

Veo con asombro lagos, ríos, porque yo provengo del desierto, busco a alguno de los muertos vivos de Juan Preciado pero sólo alcanzo a distinguir cuatro garzas que vuelan en formación de V hacia el este, mientras yo me traslado hacia el oeste; observando pequeñas pencas de agave que dentro de algunos años estarán listas para el producto que se obtiene de ellas: el bendito tequila.

Como lo prometido es deuda llego a la casa de Juanita, es un hermoso templo, algo oscuro, pero muy pintoresco, le lleve un pequeño presente. Agradezco profundamente el hecho de permitirme llegar hasta ella, finalmente no le pedí nada, sólo pongo todo en sus manos sin falsas pretensiones de mi parte y si con toda la humildad del mundo.

Es curioso pero estar con Juanita no me regreso a la tierra de Rulfo, (sólo me fuí con mi bolso y con lo que llevaba puesto...) sino me llevo a otro lugar impresionante donde encontré un sitio inmerso en leyendas, en tradiciones, su nombre proviene de la lengua purépecha “Quanax-huato”, que significa: "lugar donde los cerros están llenos de ranas" (Guanajuato, Guanajuato), en una ciudad así, incluso las personas se mueven de un modo distinto, como en cámara lenta, tienen un dejo muy particular en su voz al hablar. Di con mi ciudad: la ciudad montuosa de ranas.

Mi Rulfo, espero no se ponga celoso, porque ya no regresa solo aquí se incorporan algunos otros que le harán compañía y se integran a la historia: Nietzsche, Sartre, Kafka..., En esos lugares busque rastros del pasado, pero encontré tanto pasado, como parte de mi futuro, y mi cielo rojo, ahora entiendo lo que significa esa canción para mí, interpretada por Miguel Aceves Mejía el rey del falsete...admiro esa belleza y tarareo:

Solo sin tu cariño voy caminado, voy caminando
Y no se que hacer ni el cielo me contesta cuando pregunto por ti mujer
No he podido olvidarte desde la noche desde la noche que te perdi
Sombras de duda y celos me solo me envuelven pensado en ti
Deja que yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro vuelve otra vez
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer
Mientras yo estoy dormido sueño en que vamos los dos muy juntos a un cielo azul
Pero cuando despierto el cielo es rojo me faltas tú
Aunque yo sea culpable de aquella triste separación de aquella triste separación
Vuelve por Dios tus ojos vuelve a quererme vuelve mi amor
Deja que yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro vuelve otra vez
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer

Es un lugar maravilloso y llegue gracias a Juanita, acompañada de Rulfo y todos sus muertos vivos, es un lugar lleno de callejones y escaleras, es un lugar donde no hay semáforos viales, pero si calles subterráneas y socavones, así mismo como dentro de cada uno, existen lugares no conocidos por nadie, incluso ni siquiera por nosotros mismos.

Volveré, si, no sé cuando, pero volveré. Existe allí, un encanto y una veneración mística hacia la muerte, lo puedo ver incluso a través de los vitrales de un museo; alcance a percibir las malidicencias de Pedro Páramo, voces de otros mundos, de otros tiempos confluyen.

El culto a la muerte es algo tan arraigado en mi gente, en mi país, esa es creo una de la características representativas de nosotros, que nos identifican como pueblo.

Entiendo cada vez más a Rulfo, comprendo que justo ahora es el momento del encuentro entre Pedro Páramo y yo. Soy un ser complicado, pero no cambio por nada quien soy, me sigue costando mucho entenderlo y continuar adelante sin morir en el intento: noches de desvelo que me acorralan, aciagos días, verme y sentirme tan distinta; pero mi viaje ya comenzó y no voy a regresar. Es un punto donde no hay retorno.

Eternamente agradecida a Juanita y Rulfo, por haberme empujado a iniciar mi viaje.

No me conformo, no me resigno, pero pido templanza y se me da esperanza. Me revuelvo en las pesadillas de Susana, un amor interesado pagado con un amor fallido, que terrible soledad a la que se enfrenta Pedro, el fue un vivo muerto, antes que un muerto vivo, condenado a sufrir por sus pecados, cuantos misterios, cuantos dolores, cuantas deshonras aun antes de que sucedan salen de las entrañas de los infiernos de la ambivalente moral.

No estamos a salvo de ser almas expulsadas del paraíso por destrozar corazones nobles, pero todo se paga con lo que más amamos, a veces aun antes de cometer los pecados, cuanto dolor encierran los muertos vivos y más aun los vivos muertos… Cuanta ausencia… Cuanto vacío.

El amor no correspondido de Pedro por Susana, con ello, él pago todas sus deudas, el recuerdo del marido de Susana no se extinguió tal como Pedro esperaba, sin embargo fue el recuerdo lo que extinguió a Susana… Y Pedro ni un recuerdo llego a ser.

Templanza y esperanza. Respiro, el aire intenta darme vida. Lo imploró Pedro, ahora yo lo pido:
Yo te pido que regreses, yo te pido, a tí, que vuelvas...

Septiembre 9-18 de 2008.

Rulfo. Juan Rulfo, escritor mexicano autor de la novela Pedro Páramo (Pedro es el mismo personaje al cual me refiero).
Juanita. Virgen de San Juan de Los Lagos, Jalisco. El segundo santuario más venerado y visitado en México.
Yo. Sencillamente Yo, así nada más.

Publicado originalmente 11 de noviembre de 2008.








 
 
 

miércoles, 4 de abril de 2012

XLIII

En medio de la bruma,
de lo que significa la ausencia:
tu ausencia.
Intento casi a ciegas 
tocar con mis manos marchitas
la rosa de los vientos que me 
indique cual es el rumbo.
Cual engrane se ha de mover
para que deje de estar paralizado
este mundo, mundo en el que nada 
existe pero nada cabe.
Todo parece tan igual,
como aquel camino que recorres
una y otra vez, 
llegando a donde mismo.
Será que sólo me he movido
en círculos.
O será que la bruma ha nublado
incluso mis instintos.