Leo a Rulfo, cada párrafo se transforma y me
transporta. Escucho voces lejanas que vienen del pasado, que me impregnan de
nostalgia de amores fatídicos, algunos perdidos, otros imposibles. Las guerras
cristeras tan mencionadas por mi abuela que en paz descanse, ¿qué edad tendría
si ahora viviera?... 103 años. Vengo de familias longevas, Dios guarde la
hora.
La voz en cada momento es cambiante, depende del narrador, que me
regala sus palabras, vienen de lo recóndito de los tiempos y de los mundos: un
futuro que es en el que yo habito, un presente que es el de Juan Preciado
(estando aún muerto) y un pasado que llega hasta mi.
Hace muchos años
intente leerlo mas no pude, ahora lo hago como no me fue posible antes, ese
intento fallido viene de hace quince años época en la que murió mi abuela; algo
me quiere decir esta historia, espero saber que... Rulfo me va a acompañar en el
viaje hacia su tierra natal, curioso pero hacia allá me dirijo. Dice mi padre
que tengo genes de Jalisco, mas bien diría yo, que tengo genes variados, de todo
un poco es lo que arma este paisaje que soy: mestiza a más no poder. Algunas
características propias de los antepasados criollos, otros indígenas, y quizá
algún poblador de la luna, y finalmente algunas otras extraídas del medio
ambiente tan agreste donde me toco habitar.
Vuelvo a Rulfo, lo saboreo,
lo disfruto, percibo el aire asfixiante de Comala (aunque originalmente se encuentra en el estado de Colima), me ahogo pero sigo
respirando, muero de miedos atrasados, tiemblo por los miedos y dolores
venideros. Estoy a menos de 48 horas de encontrarme con una parte muy importante
de mi rompecabezas personal. Me toco vivir en el Norte de México, voy al estado
donde nacieron mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, Rulfo... Me muevo hacia
allá por una fuerza poderosa que desconozco y a la vez reconozco, voy hacia
allá, algo tengo y debo que ir a hacer.
Me reacomodaré en el féretro que
comparten Dorotea y Juan, escucharé la sabiduría de los que ciernen el brasero
que es Comala, así como Juan puede escuchar con mayor cercanía a su madre, por
ser Comala el lugar de sus querencias; así mismo voy yo por lo que es mío y por
derecho me pertenece.
Cumplo a la vez una promesa: te tengo presente
Juanita, dirás que abuso de tu bondad pero necesito tu intercesión en otros
menesteres, ya tú sabes cuales son, pero tendré el gusto de decirlo
personalmente. Para un ser como yo, lo prometido es deuda, Juanita; siempre que
se acepte mi promesa y se que tú me has aceptado.
Dentro de 24 horas
estaré en una habitación que me espera, mas cerca de los recuerdos que
desconozco, pero que son tan míos como los muertos de Juan, su padre Pedro
Parámo fue un verdadero demonio, atormentado por sentir ese amor por Susana,
¿Cuánto de luz y de sombra, existe dentro de nosotros?.
Ya estoy aquí, me
siento bien, recorrí durante parte del vuelo los sueños de Susana añorando a su
hombre... Es un clima templado, una noche húmeda. Ya de mañana, voy a verte
Juanita, me asombro, pero a la vez reconozco: niebla, arbustos, tierra roja, tú
sabes que no me distingo por ser una creyente férrea pero yo sé que debía venir
a verte.
Me agrada mucho viajar en autobús. Es así como tengo que llegar
a tu hogar; observo por la ventanilla: tierra extremadamente grana. Pienso en
las andanzas del tío abuelo Fernando Espinoza, hombre bien parecido, mujeriego a
más no poder, con algunos malvado; procreador de muchos, y padre de
ninguno.
Veo con asombro lagos, ríos, porque yo provengo del desierto,
busco a alguno de los muertos vivos de Juan Preciado pero sólo alcanzo a
distinguir cuatro garzas que vuelan en formación de V hacia el este, mientras yo
me traslado hacia el oeste; observando pequeñas pencas de agave que dentro de
algunos años estarán listas para el producto que se obtiene de ellas: el bendito
tequila.
Como lo prometido es deuda llego a la casa de Juanita, es un
hermoso templo, algo oscuro, pero muy pintoresco, le lleve un pequeño presente.
Agradezco profundamente el hecho de permitirme llegar hasta ella, finalmente no
le pedí nada, sólo pongo todo en sus manos sin falsas pretensiones de mi parte y
si con toda la humildad del mundo.
Es curioso pero estar con Juanita no
me regreso a la tierra de Rulfo, (sólo me fuí con mi bolso y con lo que llevaba
puesto...) sino me llevo a otro lugar impresionante donde encontré un sitio
inmerso en leyendas, en tradiciones, su nombre proviene de la lengua purépecha
“Quanax-huato”, que significa: "lugar donde los cerros están llenos de ranas"
(Guanajuato, Guanajuato), en una ciudad así, incluso las personas se mueven de
un modo distinto, como en cámara lenta, tienen un dejo muy particular en su voz
al hablar. Di con mi ciudad: la ciudad montuosa de ranas.
Mi Rulfo,
espero no se ponga celoso, porque ya no regresa solo aquí se incorporan algunos
otros que le harán compañía y se integran a la historia: Nietzsche, Sartre,
Kafka..., En esos lugares busque rastros del pasado, pero encontré tanto pasado,
como parte de mi futuro, y mi cielo rojo, ahora entiendo lo que significa esa
canción para mí, interpretada por Miguel Aceves Mejía el rey del
falsete...admiro esa belleza y tarareo:
Solo sin tu cariño voy caminado,
voy caminando
Y no se que hacer ni el cielo me contesta cuando pregunto por
ti mujer
No he podido olvidarte desde la noche desde la noche que te
perdi
Sombras de duda y celos me solo me envuelven pensado en ti
Deja que
yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro vuelve otra vez
Olvida lo
pasado ya no te acuerdes de aquel ayer
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de
aquel ayer
Mientras yo estoy dormido sueño en que vamos los dos muy juntos a
un cielo azul
Pero cuando despierto el cielo es rojo me faltas tú
Aunque
yo sea culpable de aquella triste separación de aquella triste
separación
Vuelve por Dios tus ojos vuelve a quererme vuelve mi amor
Deja
que yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro vuelve otra vez
Olvida
lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer
Olvida lo pasado ya no te acuerdes
de aquel ayer
Es
un lugar maravilloso y llegue gracias a Juanita, acompañada de Rulfo y todos sus
muertos vivos, es un lugar lleno de callejones y escaleras, es un lugar donde no
hay semáforos viales, pero si calles subterráneas y socavones, así mismo como
dentro de cada uno, existen lugares no conocidos por nadie, incluso ni siquiera
por nosotros mismos.
Volveré, si, no sé cuando, pero volveré. Existe
allí, un encanto y una veneración mística hacia la muerte, lo puedo ver incluso
a través de los vitrales de un museo; alcance a percibir las malidicencias de
Pedro Páramo, voces de otros mundos, de otros tiempos confluyen.
El culto
a la muerte es algo tan arraigado en mi gente, en mi país, esa es creo una de la
características representativas de nosotros, que nos identifican como
pueblo.
Entiendo cada vez más a Rulfo, comprendo que justo ahora es el
momento del encuentro entre Pedro Páramo y yo. Soy un ser complicado, pero no
cambio por nada quien soy, me sigue costando mucho entenderlo y continuar
adelante sin morir en el intento: noches de desvelo que me acorralan, aciagos
días, verme y sentirme tan distinta; pero mi viaje ya comenzó y no voy a
regresar. Es un punto donde no hay retorno.
Eternamente agradecida a
Juanita y Rulfo, por haberme empujado a iniciar mi viaje.
No me conformo,
no me resigno, pero pido templanza y se me da esperanza. Me revuelvo en las
pesadillas de Susana, un amor interesado pagado con un amor fallido, que
terrible soledad a la que se enfrenta Pedro, el fue un vivo muerto, antes que un
muerto vivo, condenado a sufrir por sus pecados, cuantos misterios, cuantos
dolores, cuantas deshonras aun antes de que sucedan salen de las entrañas de los
infiernos de la ambivalente moral.
No estamos a salvo de ser almas
expulsadas del paraíso por destrozar corazones nobles, pero todo se paga con lo
que más amamos, a veces aun antes de cometer los pecados, cuanto dolor encierran
los muertos vivos y más aun los vivos muertos… Cuanta ausencia… Cuanto
vacío.
El amor no correspondido de Pedro por Susana, con ello, él pago
todas sus deudas, el recuerdo del marido de Susana no se extinguió tal como
Pedro esperaba, sin embargo fue el recuerdo lo que extinguió a Susana… Y Pedro
ni un recuerdo llego a ser.
Templanza y esperanza. Respiro, el aire
intenta darme vida. Lo imploró Pedro, ahora yo lo pido:
Yo te pido que
regreses, yo te pido, a tí, que vuelvas...
Septiembre 9-18 de 2008.
Rulfo. Juan Rulfo, escritor
mexicano autor de la novela Pedro Páramo (Pedro es el mismo personaje al cual me
refiero).
Juanita. Virgen de San Juan de Los Lagos, Jalisco. El segundo
santuario más venerado y visitado en México.
Yo. Sencillamente Yo, así nada
más.
Publicado originalmente 11 de noviembre de 2008.