Llegará un momento en el que creas que todo ha terminado.
Ese será el principio.
Hace algunos meses llegó hasta mí, la anterior frase. Tuvo, tiene y seguirá teniendo un significado muy grande para mí.
Resulta que tantas veces, se intenta retener entre las manos el agua, pero como es su naturaleza, se te escapa.
Y en otras muchas ocasiones, se quiere luchar con los gigantes, que en realidad no son más que molinos de viento, somos nosotros quienes les damos las características de seres míticos, invencibles, que arrasan con todo lo que encuentran a su paso.
Puede ser que, que se haya llorado tanto, hasta el extremo haber rogado porque se te hicieran realidad tus deseos.
Quizá has rezado hasta la desesperación, buscando el consuelo en Dios, queriendo hasta manipular sus designios, causándole lastima.
O sentir que tus entrañas ha estado expuestas a animales feroces, los cuales hacen un festín con tus restos, ya que unas garras te han abierto desde tu interior, y tu cuerpo yace desollado, con un corazón que se resiste a dejar de latir mientras que alimentas a las fieras.
Las palabras se quedan cortas, para describir cada una de las sensaciones que has experimentado, sensaciones que se convirtieron en algo permanente, porque luchas con los gigantes, ruegas, rezas, te quedas sin piel, eres devorado por animales (tan reales como tu dolor), pero nada cambia.
Llegará un momento en el que creas que todo ha terminado.
Ese será el principio.
Le doy la bienvenida a mi principio.
