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lunes, 21 de marzo de 2011

VIII

Lo siento, es tiempo de irme.


Jamás me han gustado las despedidas, ni mucho menos utilizar la palabra adiós, sin embargo, ha llegado el momento de partir, hubiese querido resistir más, en verdad te lo aseguro.


Lo lamento, ya no verás mis letras plagadas de amor, de anhelos, de melancolía a veces, de sueños inconclusos deseando ser satisfechos.


Lo siento, pero te lo dije, no quiero lagrimones, ni caras tristes, dí todo lo que pude mientras me tuviste contigo, pero debes dejarme partir, sin más.


No me gustan los recuerdos y al fin todos estamos hechos de ellos, no quiero ser  recordada como quien  estuvo pero no logro permanecer, y se apago sin dejar una estela de luz. 


Prefiero que cierres los ojos y me veas tal cual me conociste en ese sueño, con ese fulgor que el tiempo, la memoria y ni tú mismo podrás traicionar. 


Así que sólo te digo: 

Hasta luego, hasta la próxima vida.
Por favor no tardes en encontrarme.

martes, 1 de marzo de 2011

VII

Quiero creer, deseo confiar.
Sin embargo sé que
las  hadas no son reales;
que los duendes que te conducen
a tu más preciado tesoro
son producto de la fantasía
de quienes necesitamos
motivos para sobrevivir.


Las calabazas que se convierten
en carrozas, son lindas
si eres una criatura,
pero cuando creces,
no hay ratoncitos
que te ayuden con tus diarios
quehaceres, no existen
aquellas tres, que se nombraban
Flora, Fauna y Primavera; y
que a pesar del funesto
hechizo de la bruja malvada,
te proveen de la salvación
ante el terrible sortilegio.


Quiero confiar, deseo creer.
Suplico que mis palabras
y mi voz  no sean sólo un murmullo
que expira de a poco a cada instante;
demuéstrame que  no todo lo hermoso,
es producto de la imaginación,
y que las estrellas fugaces
si cumplen deseos.